Es cierto, debería estar estudiando en vez de estar escribiendo por estos lares, pero también es cierto que no existe un remedio infalible para los holgazanes como yo.
Mi puesto de estudio es conformado por los apuntes de teoría del derecho, un libro de Juan Ramón Capella que complementa a los apuntes y paracetamol 650 en comprimidos (ya llevo unos cuantos desde hace días). Compañeros de travesía por el espeso e inmenso mundo del saber. Qué lenguaje más elaborado, na¡ cursiladas o apunte de notoriedad delante de la galería en la que están expuestos los bustos de los mejores, Bufalino, Littell, Mc Carthy, Lewis... sólo digo el nombre de quienes puedo reconocer, mi ignorancia aún es amplia y todavía me pierdo entre tanta mirada.
Los atenienses fueron los primeros (que se conozca) que dudaron ante la prescripción de la norma -de la divina no, de la humana- pues yo ahora limpiando los bustos dudo sobre la misma existencia de tales celebridades literarias, disculpadme maestros pero ya es hora de dudar. Y al final después de ver caer una a una tal ceremonial, me doy cuenta que no hay idea, ya no hay duda, sólo vacío; permitanme que empiece a ocupar tal hueco con una rima facil:
"Te adoro un montón
me importas un pimiento
todavía no riman
pero ya rimarán con el tiempo"
Conclusión; muchas, pero no quiero ser pedante, aunque pesco ésta; gracias a una poeta de cuyo nombre yace mil añicos en el suelo, ya tengo mi primera composición
No pidas permiso: publica ya tu libro
Hace 6 días
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